Mi escritura es prosaica. Es más bonito decir que mi escritura es prosa sencilla. Es prosa sencilla porque escribo tal y como pienso. Apenas utilizo los filtros necesarios para no sólo ser, sino parecer. Mi escritura es prosa porque escribe el niño. Siempre escribe el niño. Escribe el niño que estuvo mudo. Escribe el niño que tenía miedo de hablar. Escribe el mismo niño que ahora verbaliza casi todo lo que piensa. Verbaliza todo lo que piensa porque cree que le entenderán. Lo hace porque piensa que los demás también han visto lo que vio él. Pero la teoría de la mayoría, la de la masa, no es la del niño que ahora escribe lo que va surgiendo mientras lo siente. E igual que cuando siente escribe, lo deja de hacer cuando tiene que pensar lo que ha de escribir.

Hasta la próxima, queridos amigos.